La relevancia de un sitio web para una empresa o una marca se incrementa constantemente. Cada vez más información, más contenido y más aplicaciones se ubican allí, por lo que asegurar un buen rendimiento del entorno es crucial para que la imagen, o incluso el negocio en sí, no se deteriore por culpa de un mal funcionamiento.
Hay varios motivos por los que una página web va lenta y ofrece una mala experiencia de usuario, que impacta a su vez en cuestiones como el SEO. Uno de los más importantes es el hosting o alojamiento de ese sitio web. Vamos a resumir aquí 10 factores que deberían tenerse en cuenta a la hora de elegir el hosting de un entorno web, y que influyen directamente en su rendimiento:
- Sesiones de usuario pesadas: Cada usuario que accede al sitio o aplicación web requiere de una capacidad de memoria para que el servidor procese sus peticiones y entregue el contenido. Si esta necesidad de recursos es muy elevada, la lentitud del servicio se va hacer notoria exponencialmente cada vez que accedan más usuarios. En este caso deberías revisar y optimizar el código para hacer más ligera cada sesión o bien aumentar los recursos disponibles correctamente (ver punto siguiente).
- Servidor sobredimensionado: Incrementar descontroladamente los recursos asignados a un mismo servidor puede provocar que el rendimiento no mejore, ya que hay un punto de inflexión cuando se aumentan demasiado. En ese punto debes plantearte el crecimiento horizontal, que permite distribuir la carga entre varios servidores, optimizando y facilitando el crecimiento de la plataforma.
- Velocidad de disco insuficiente: El volumen de datos publicados, el tamaño de los ficheros o el número de veces que accede la base de datos a disco pueden ser motivos que ralenticen el servicio web si no se dimensiona correctamente la capacidad de IOPS (número total de operaciones E/S) de los discos según las necesidades del entorno.
- División de roles: Otra medida que puede mejorar el rendimiento de la aplicación es distribuir cada servicio (web, bases de datos, etc…) en un servidor independiente. Esta configuración permite optimizar cada servidor para sus necesidades reales y distribuir la carga para ofrecer una respuesta más eficiente a las peticiones de los usuarios.
- Plataformas compartidas: Es uno de los puntos más críticos, ya que alojar nuestro negocio web en una plataforma de recursos compartidos implica que el rendimiento de tu servidor está condicionado a la demanda de computación de otros clientes. Si tu proveedor del alojamiento ha aplicado un overcommit muy alto o no ha dimensionado bien la plataforma, habría que plantearse el paso a un entorno dedicado puesto que, probablemente, tu servidor no esté disponiendo realmente de los recursos que has contratado.
- Lentitud de la red: Si tu proveedor de hosting no dispone de un enlace a Internet con suficiente ancho de banda para dar respuesta a todos sus clientes, puedes sufrir lentitud en el servicio y afectar a la experiencia de usuario. Aunque ningún proveedor con sus equipos en data center profesionales debería tener problemas de caudal en la red de salida, es un factor que puede darse y que hay que conocer.
- Falta de monitorización y alertas: Más que un problema, no disponer de estos servicios puede alargar la respuesta ante situaciones en las que no es posible detectar de forma fácil el origen de un rendimiento bajo de tu sitio web. Por eso hay que tener en cuenta servicios adicionales que nos pueda ofrecer el proveedor para monitorizar parámetros concretos que no se analizan a priori y que muchas veces nos marcan la causa de la lentitud.
- Interconexiones lentas: Aunque hemos explicado métodos para optimizar la plataforma que aloja una aplicación web, de poco sirven si el entorno no está preparado con conexiones entre servidores de alta velocidad y capacidad que eviten cuellos de botella y delay en cada transición.
- Combinar servicios: Cuando una plataforma web crece y la velocidad de respuesta es muy crítica, se pueden añadir o combinar servicios concretos para optimizar en un nivel avanzado el sitio. Unos ejemplos son, utilizar el servicio de cache para el contenido más pesado, el uso del servicio Nginx con Apache para dar una respuesta más rápida a las peticiones o la combinación de MongoDB y MySQL como acceso a la base de datos según la consulta a resolver.
- Proveedor inadecuado: Por último, y no menos importante, el rendimiento de tu sitio puede también ir ligado a la capacidad y la experiencia que tenga tu proveedor para diseñar tu solución de hosting y, sobre todo, a su rapidez en adaptarse y responder a las necesidades que vayan surgiéndote.
Contar con servicios de aceleración web como una Red de Distribución de Contenido (CDN) o un sistema de caché puede ser clave"
Ver servicios de CDN
Todos estos puntos son factores que pueden responder a por qué una página web va lenta aunque, en cualquier caso, es recomendable contar siempre con profesionales especializados para saber cuándo y cómo hay que actuar, y si tiene sentido incorporar servicios de aceleración web como una Red de Distribución de Contenido (CDN) o un sistema de caching.
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